El Storytelling. Aprendiendo a contar historias :)
El Storytelling, este anglicismo tan bonito y tan típico entre comunicadores, marketinianos y publicistas no deja de significar lo mismo que las personas llevamos haciendo desde el principio de los tiempos: crear relatos para transmitir una idea.
Storytelling: el arte de contar historias
No es algo nuevo. Desde las pinturas de las cavernas hasta los juglares y, actualmente, también en los anuncios publicitarios. Los mitos y las leyendas, los cuentos con moraleja, la misma Biblia…. todos ellos eran historias destinadas a transmitir un mensaje. Y todos ellos sabían que un relato era la mejor manera de conseguirlo.
Porque las historias son capaces de generar un mayor impacto en nuestro público. Lo sabemos. Tocan el corazón, favorecen la memorización y, en cualquier caso, tienen un mayor impacto a la hora de transmitir mensajes.
Storytelling: ahora más importante que nunca
Somos conscientes de la alta competitividad informativa en la que vivimos. Y no sólo competitividad. Saturación. Una absoluta saturación de marcas, mensajes, información, que ha generado cómo mínimo recelo y desconfianza en el consumidor. Así que, Si queremos llegar a buen puerto, debemos impactar y diferenciarnos.
Los mensajes racionales han dejado de funcionar
¿Qué detergente limpia más? ¿Qué coche tiene mayor cilindrada? En muchas casos ya no son elementos determinantes a favor de qué detergente permitirá a tu hijo jugar más feliz sin preocupaciones, o qué coche será tu compañero en la mejor aventura de tu vida.
Bien, esto no es del todo verdad, hay muchos tipos de cerebros que trabajan la información de manera distinta, pero lo cierto es que en su mayoría los mensajes emocionales son los que tienen la capacidad de calar en nuestra audiencia.
Contar historias no es sencillo. Requiere de un profundo aprendizaje, creatividad y una mente abierta a la curiosidad.
Si os fijáis en los ejemplos de abajo, el efecto se consigue ensalzando valores universales como la amistad y el amor con una estructura muy clara: introducción, nudo y desenlace.
¿Quieres ver ejemplos?
Ikea: la profunda amistad con el pato
Kas: los 30 deseos de Marcos
¿Queréis aprender a hacer un buen storytelling?
Para hacerlo, primero deberíais entender cómo analizar una buena historia:
- Narrador: ¿quién narra la historia?¿Es uno de los protagonistas o un narrador externo?
- Protagonistas: ¿Quién o quiénes son los protagonistas? ¿Hay personajes secundarios?
- Estructura: ¿sigue la estructura de introducción, nudo y desenlace o rompe con ella?
- Introducción: define qué pasa en la introducción. Ten en cuenta que en la introducción nos presentan los personajes, la situación inicial, el ambiente.
- Nudo: Algo rompe con la introducción y se genera un conflicto. ¿Qué pasa? A continuación el protagonista se enfrenta a este conflicto.
- Desenlace: solución al problema o clímax de la historia.
- Conflicto: ¿cuál es el conflicto al que se enfrentan?
- Mensaje: ¿Qué mensaje quiere transmitir la marca?
El consumidor, el nuevo protagonista
La marca deja de ser la protagonista: el consumidor coge el rol más relevante
Debemos tener en cuenta que, actualmente, el storytelling publicitario rompe también el concepto del héroe y sus historias son protagonizadas por personas comunes, por ti, por mi, por cualquier que pueda sentirse identificado con el mensaje. El objetivo: humanizar la marca, conseguir que el consumidor se identifique en la situación presentada y piensa en nuestra marca.
Algunos elementos más del Storytelling
- Historias inspiradoras: todo está inventado ya, eso es cierto. Difícilmente encontraremos un relato nuevo. La autosuperación, el amor, la amistad, todo ello ha sido trabajado desde tiempos inmemoriales. Aún así, pequeños cambios (situación, espacio, protagonistas, etc.) hacen de la historia un nuevo concepto que puede llegar a ser muy potente.
- Ten claro el mensaje: en todo momento, debes tener claro el mensaje que quieres transmitir. Y debe ser tu historia quién lo transmita desde el principio.
- Busca elementos comunes con tu audiencia: debes buscar la proximidad y la conexión con tu audiencia para que tu mensaje sea efectivo. Por los espacios, por sus deseos o expectativas, por sus costumbres o su inspiracional.
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