¿La Relación médico – paciente 2.0 en el MIR 2016?
La semana pasado a raíz de una pregunta en el examen MIR sobre la relación paciente-doctor y las redes sociales, se abría un debate muy interesante sobre cómo debe ser la comunicación de los profesionales con los pacientes en un mundo en el que la tecnología ha hecho cambiar al paciente.
La pregunta decía “Sofía, una chica de 15 años con ansiedad que es atendida por el Dr. Juan en urgencias. Al finalizar la exploración Sofía le pregunta al médico si le podrá enviar una solicitud de amistar en Facebook. ¿Qué debe responder Juan?”
A. Decirle que haga la solicitud de amistad y que la aceptará, ya que está seguro de que en su página no hay elementos inadecuados para una chica de la edad de Sofía.
B. Dado que considera Sofía una paciente vulnerable y le preocupa que pueda interpretar mal un rechazo, aceptar que haga la solicitud pero sólo permitirle el acceso a determinados contenidos de su página.
C. Contestarle que es importante mantener ciertos límites profesionales entre pacientes y facultativos y que, desafortunadamente, en la petición no podrá aceptarla, por lo que es mejor que no lo haga.
D. Decirle que haga la petición pero sin intención de aceptarla.
La respuesta correcta era la C.
La pregunta es, ¿hay algun momento en los que médico y paciente puedan compartir una comunicación 2.0?
En la actualidad el paciente ya no se queda de brazos cruzados, quiere participar activamente en el cuidado de su salud. Adquiere una actitud proactiva, dedica tiempo a la búsqueda de información, sobre todo por Internet y quiere compartir experiencias.
Ante este nuevo tipo de paciente, ¿cómo actúa el profesional?
Algunos adquieren un rol paternalista y permanecen indiferentes, por lo que el paciente sigue buscando información por su cuenta y se basa en el auto-diagnóstico. Otros, optan por la escucha activa y ayudan al paciente a contrastar la información que este pueda encontrar en la red. Finalmente están aquellos médicos que de forma voluntaria suben contenido de calidad en las redes y participan activamente en el debate online. Este último perfil, es el más actual y el que más valoran los pacientes. Así que podríamos decir que la comunicación 2.0 entre médico y paciente es recomendable siempre y cuando se utilizen canales profesionales pensados para ello en los que se especifique correctamente
Asimismo, el perfil del médico en las distintas redes sociales condiciona el acceso de pacientes a su consulta. Los blogs de médicos han incrementado notablemente en los últimos años ofreciendo una información fiable a distintos pacientes y generando contenido de calidad.
En conclusión, está claro que la actualidad ha cambiado la forma de comunicarse y buscar información y el ámbito sanitario no es una excepción de ello. Hace unos meses nos encontrábamos en el 4 Curso de Tratamiento Hormonal del Cáncer en Barcelona realizando una charla sobre el paciente 2.0 y la nueva actitud que el profesional debía adquirir. Durante el cuso surgió el aspecto de disociar o no las redes personales de las profesionales.
En este entorno tuvimos la oportunidad de ver dos grupos de ideas completamente distintas. Por un lado, existe aquel profesional que no cree en responder un Whatsapp de un paciente o que piensa que todo aquello que publique en redes personales como Facebook o Instagram no tiene porqué afectar a su vida profesional y a la visión de un paciente. Por otro lado, nos encontramos con aquel perfil que cree que esta nueva tecnología le ayuda a gestionar la consulta; afirma que responder un Whatsapp de un paciente le supone una mejor gestión del tiempo y de la consulta, así como una atención más rápida y directa al paciente que ayudará a la fidelización de este.
Las claves:
- diferenciar perfectamente las redes personales de las profesionales,
- controlar la información y la imagen existente del profesional en las redes
- hacer entender el paciente las reglas del juego y los requisitos de protección de datos
En definitiva, para un profesional médico, hoy en día es muy importante aprender a gestionar las redes correctamente, tanto profesionales como personales y aunque no se quiera ser muy activo en ellas, se debe aprender sobre todo lo que no hay que hacer.