Bata blanca, pijama azul: ¿asepsia o disfraz?
¿Por qué los policías llevan uniforme? ¿O los bomberos? ¿O los médicos? Porque son profesiones que requieren ser identificadas de forma rápida. Necesitan la confianza y credibilidad de las personas que atienden y que las identifican con un grupo determinado con funciones y habilidades muy claras.
En Disneyland, en la puerta de los vestidores de los actores que se disfrazan de Micky Mouse o de Cenicienta hay un espejo que pone: «A partir de ahora, éste eres tú«. Invita a interiorizar el papel que deben desarrollar durante su jornada laboral.
El uniforme es pues un elemento clave de la comunicación no verbal que permite distinguir el rol de cada personaje que interviene en un proceso y ayuda a hacer creíble el papel que cada profesional desempeña.
En el mundo sanitario, funciona de la misma manera. Un recente estudio ha demostrado que los pacientes sienten mayor confianza delante de una bata blanca.
En cuanto iniciamos nuestra jornada laboral y vestimos el uniforme que nos corresponde, con ello también iniciamos la reconversión de persona a personaje profesional ejerciendo dentro de una cultura institucional a la que tenemos mucho que aportar, tanto para los pacientes que atendemos, como por nuestros compañeros de trabajo con los que compartimos barco e insignia.